martes, 16 de noviembre de 2010

Gestión Institucional: Plaza Botero

1. Museo de Antioquia:



En 1997 comienza el proceso que revitalizó la institución y la convirtió en una de las más importantes entidades culturales de América Latina. En ese momento, la situación económica del Museo era angustiante. Hubo períodos en los que se llegó a retrasar el pago de salarios a los empleados hasta en cinco meses. La seguridad social no estaba al día, las deudas ascendían a varios cientos de millones de pesos. El espacio limitaba significativamente las posibilidades de exhibir las colecciones. El número de visitantes anuales era ínfimo. El entorno, con graves problemas sociales manifestados en ventas ambulantes, indigencia, prostitución, inseguridad, agravaban la situación. El conjunto incidía no sólo en la decisión de visitar el Museo, también habían llevado a la institución al olvido.

El Museo se propone entonces conseguir una nueva sede, con todos los requerimientos espaciales y técnicos para el funcionamiento óptimo de la entidad. Para ello, retoma la oferta que había hecho el maestro Fernando Botero de donar una importante colección de sus obras, que se sumara a la que ya existía en el Museo, si se contaba con un espacio apropiado. El propósito final era darle a la Institución una dimensión mayor, que respondiera a las exigencias de los tiempos actuales.

Crisis y oportunidades
Surgieron entonces innumerables propuestas como posibilidad de desarrollo para el Museo de Antioquia y para la cultura nacional: la Fábrica de Licores de Antioquia de su sede actual, el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, el antiguo Palacio Municipal, los terrenos del Parqueadero de Corpaul, el lote del Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia, la Cárcel de la Ladera, los edificios Vásquez y Carré y el Pasaje Sucre, fueron considerados como posibles sedes para el Museo.
Finalmente, en la administración del Alcalde Juan Gómez Martínez se puso en marcha el Proyecto de Recuperación de la Zona de la Veracruz y Reubicación del Museo de Antioquia. Con él se pretendía lograr dos metas:
- Recuperar la zona de La Veracruz. El proyecto toma como eje al Museo de Antioquia, para convertirlo en detonante de un cambio para el centro de Medellín. Como impulsor de la transformación, se construye la Plaza Botero, un enorme parque público, arborizado, bien iluminado y seguro, que alberga en 7 mil metros cuadrados, 23 esculturas monumentales donadas por el maestro Fernando Botero.
- Adecuar el Palacio Municipal a los requerimientos de un museo moderno, para albergar allí las colecciones del Museo de Antioquia y exhibir además el nuevo patrimonio de los antioqueños: la donación de uno de los artistas vivos más importantes del mundo, el maestro Fernando Botero.
Paralelamente, el Museo emprende una renovación institucional que busca trascender el simple hecho de dotar a la ciudad de lugares bonitos, para lograr espacios de encuentro y disfrute para toda la comunidad.

El Nuevo Museo

La inauguración de la primera etapa de este sueño se llevó a cabo el 15 de octubre de 2000, con una gran Toma infantil: ese día, cinco mil niños de todos los lugares de la ciudad se convirtieron en los primeros visitantes. Ellos cortaron la cinta protocolaria e ingresaron al Palacio Municipal, transformado en museo, en compañía del maestro Fernando Botero, quien quiso ofrecer la primera visita guiada. El mensaje era claro: nuestro público prioritario serían los niños, sin distinciones de ningún tipo. Por eso desde entonces, todos los menores de 12 años entran gratis al Museo.

El sábado 18 de octubre de ese año se realizó el Festival de la Calle Carabobo, que en su segunda versión recibió el nombre de Festival de la Plaza Botero. En la mañana se llevó a cabo una ceremonia formal, en la que se dio por inaugurado el Museo. Luego del concierto de los niños de la Red de Bandas y Escuelas de Música de Medellín, se abrieron las puertas del edificio y dejaron salir un gran carnaval artístico que se tomó lo que después sería la Plaza Botero, y sus alrededores. Durante todo el día, , los artistas presentaron propuestas diversas: rock, ópera, ballet, mimos, danzas folclóricas, concierto de jazz... infinidad de expresiones que concentraron públicos heterogéneos hasta las nueve de la noche. Con este acto quisimos simbolizar que este no sería un museo cerrado, por el contrario, se abriría para relacionarse con la ciudad a partir de las artes, como posibilidad de disfrute para todos.






2. Corpocentro:



Con buenos comentarios ha sido recibido el Museo en La Calle en la Plaza Botero. Carlos Mario Cárdenas expresó su satisfacción comentando que ha visto cómo no solo los turistas sino los propios habitantes de la ciudad se acercan a ver de qué se trata y se quedan enganchados apreciando las exhibiciones.
Jornadas de aseo. Constantes intervenciones en puntos críticos, instalación de baños portátiles gratuitos y sensibilización a la comunidad, son las medidas que realiza la Alcaldía de Medellín para mantener el ornato y la limpieza del Centro. Vías importantes, puntos sensibles, plazoletas y parques del Centro, han sido testigos de la toma de trabajadores de Empresas Varias y otras entidades, con el fin de hacer que las 571 manzanas que componen el Centro de la ciudad sean lugares más agradables y placenteros para miles de transeúntes.
Durante los primeros cinco meses del año el Municipio realizó ocho jornadas integrales de aseo en lugares como: Parque Tomás Cipriano de Mosquera, Parque Berrio, Plazoleta San Ignacio, PLAZA BOTERO, Parque de Boston, Carabobo y Junín. Allí el Comité de Aseo y Ornato desarrolló funciones de arborización, recolección de escombros, utilización de rodenticidas, mejoramiento de la iluminación, señalización horizontal y vertical, y pintura de bancas y postes.
Felipe Pineda, Jefe de Zona Centro de Empresas Varias de Medellín, quien está al frente de los operativos, afirmó que "mantener el Centro limpio es nuestra obligación y realizamos permanentemente actividades para cumplir ese objetivo, es algo diario y las 24 horas del día. Hacemos barrido de las vías públicas recolección de residuos sólidos y lavado de los parques". Adicionalmente, en algunos puntos estratégicos como Junín, Parque de San Antonio y Parque Bolívar entre otros, se instalaron 24 cabinas de baños móviles para el bienestar de habitantes y visitantes del Centro. Según la Alcaldía, diariamente son utilizados por unas 10 mil personas.

Función de Plaza Botero

Hace mas de 20 años lo que llamamos Plaza Botero era un lugar citadino en donde se encontraban situadas la Alcaldía de Medellín junto con la Gobernación de Antioquia, situándose en el punto mas central de la ciudad. Una construcción de edificios con locales comerciales y residenciales descansaba sobre lo que ahora es un pasaje peatonal con zonas verdes y espacios amplios. 


A través de la apropiación de los espacios públicos, mediante el fomento de la cultura y la identidad de los ciudadanos, la Plaza Botero más que un museo abierto brinda un espacio libre y común, creando mecanismos eficientes de participación de la comunidad local y extranjera en procesos de identificación y percepción de una ciudad en constante desarrollo, con sus puertas abiertas para habitantes y turistas.

Patrimonios

TANGIBLES: 
Como patrimonios tangibles encontramos establecimientos y edificios como:


- Museo de Antioquia
- Metro de Medellín
- Esculturas de Botero
- Calle 53
- Palacio de la cultura Rafael Uribe Uribe
- Iglesia Veracruz
- Hotel Nutibara
- Peluquerías




INTANGIBLES: 
Como patrimonio intangible identificamos las actividades culturales que se realizan en la plaza, la actividad comercial y particularidad de sus vendedores

Grupos de la Plaza Botero

Dentro de la plaza encontramos varios tipos de manifestaciones y grupos específicos que la habitan y transitan, como:


- Vendedores ambulantes
- Emboladores de zapatos
- Prostitutas
- Turistas
- Fotógrafos
- Espacio publico
- Policías
- Guías ciudadanos
- Personas de la tercera edad
- Estudiantes
- Familias

Gestión Institucional: Plaza Botero



Después de ser exhibidas por algunas temporadas en ciudades como París, Nueva York y Madrid, entre otras, Fernando Botero donó a Medellín algunas de sus esculturas monumentales. En 2002 fueron instaladas al frente del nuevo edificio del Museo de Antioquia, en una plaza de 7 mil metros cuadrados que se construyó desde el año 1999 y que hizo parte de las reformas urbanísticas de este sector de la ciudad.
Como el resto de la producción escultórica de Botero, estas 23 piezas fueron fundidas en bronce en talleres tradicionales de Pietra Santa, Italia, donde el artista dirige minuciosamente el proceso de producción de moldes y vaciados, hechos por hábiles artesanos, y que parten de los diseños que Botero elabora previamente.
Cada seis meses el Museo de Antioquia les hace un trabajo de conservación, de acuerdo con las instrucciones entregadas por el propio artista. Así, se procura mantenerlas en buen estado, para el conocimiento y disfrute de todos.
Casi 10 años después, la plaza y sus esculturas se han convertido en un nuevo referente de Medellín y uno de los principales atractivos de la ciudad para visitantes nacionales y extranjeros. Los habitantes también se han apropiado de este espacio público, viendo crecer su jardín y los guayacanes, cipreses y ceibas, que se sembraron para complementar el paisaje urbano, y que empleados del Museo cuidan diariamente.
Estos son los títulos de las obras monumentales:

Título
Fecha
Tiraje
Dimensiones

 

 

 

 
Mujer
1990
1/3
286,7 x 127 x 104 cm.

 

 

 

 
Mujer con fruta
1996
1/3
120 x 278 x 155,5 cm.

 

 

 

 
Gato
1993
1/3
246,5 x 162,5 x 195 cm.

 

 

 

 
Eva
1990
3/3
354,9 x 136,5 x 116,5 cm.

 

 

 

 
Adán
1990
3/3
357,7 x 160 x 99,5 cm.

 

 

 

 
Caballo
1992
E. A, 2/2
298,7 x 174,8 x 230,5 cm.

 

 

 

 
Mujer con espejo
1987
2/3
82,5 x 353 x 125 cm.

 

 

 

 
Mujer reclinada
1993
2/2
118 x 278 x 145 cm.

 

 

 

 
Mujer sentada

 

 

 

 

 

 

 
Perro
1993
1/3
208 x 143,5 x 304,6 cm.

 

 

 

 
Hombre vestido
1989
3/3
312,4 x 99 x 82,5 cm.

 

 

 

 
Mujer vestida
1989
1/2
300,2 x 123,5 x 98,8 cm.

 

 

 

 
Maternidad
1995
1/3
243,5 x 142,7 x 143 cm.

 

 

 

 
Esfinge
1995
1/3
256,2 x 219,5 x 280 cm.

 

 

 

 
Rapto de Europa
1991
E. A, 1/2
306,2 x 192,5 x 150 cm.

 

 

 

 
Mano
1992
1/3
260 x 156 x 131 cm.

 

 

 

 
Hombre a caballo
1994
2/3
328 x 118,5 x 155 cm.

 

 

 

 
Mujer reclinada
1984
2/3
140 x 350,5 x 165 cm.

 

 

 

 
Hombre caminante
s.f.
2/3
354,7 x 194,5 x 109,2 cm.

 

 

 

 
Caballo con bridas
1992
1/3
270,7 x 137 x 263 cm.

 

 

 

 
Soldado romano
1986
A. P, 1/2
371,2 x 182 x 131,5 cm.

 

 

 

 
Cabeza
s.f.
1/3
267 x 229 x 226 cm.

 

 

 

 
Pensamiento
1992
1/3
303,5 x 115,3 x 96,8 cm.